martes, 2 de octubre de 2018

Novena en honor del Santísimo Cristo de la Caridad

Venerado con especial devoción en la ciudad de Priego (Cuenca)
https://santocristopriegocuenca.webnode.es/
Original de Regina Martinez Fernandez

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J.M.J.
Por la Señal de la Santa Cruz, etc.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, etc.

Oración
(preparatoria para todos los días)
!Oh Santísimo Cristo de la Caridad! ¡Queridísimo Jesús mío! !Cómo contemplo Vuestro Cuerpo Santísimo lleno de dolorosísimas llagas! !Cruelmente azotado y coronada Vuestra amadísima Cabezacon atormentadoras espinas! !Herido vuestro Costado Santísimo derramando vuestra Preciosísima Sangre, más preciosa y estimable que todos los tesoros y riquezas de la tierra!¡Cómo os contemplo, Jesús mío de mi alma, lacerado todo Santísimo Cuerpo por el dolor más agudo y abatida vuestra Purísima alma por nuestros innumerables pecados e ingratitudes!
¡Cómo os contemplo, Jesús mío, en actitud angustiada y suplicante, rogando a vuestro Excelso Padre por estos pobres pecadores!
¡Jesús querido, Jesús amadísimo!
¡Por tu Sagrada Pasión, por tu muerte y sepultura, por los dolores que tu amadísima Madre sufrió al pie de la tu Cruz, apiádate de nosotros, míranos con tus ojos de misericordia, y concédenos la gracia de amarte con verdadero amor!
¡Oh nuestro queridísimo Santísimo Cristo de la Caridad! Concédenos lo que os pedimos en esta Novena, si es para mayor honra y gloria vuestra y de vuestra queridísima Madre y bien de mi alma; y si no nos conviene dadnos la gracia de la resignación, y unid en todo nuestras voluntades a la Vuestra.
Y Vos, Madre amorosísima, auxilio de los cristianos, refugio de pecadores, bondad y misericordia infinitas, presentad nuestras humildes súplicas a vuestro Divino Hijo y sed la amorosísima intercesora de estos pobres pecadores, que a Vos acuden en los trances dolorosos de este valle de lágrimas!
Se rezan tres Credos y cinco Padre Nuestros, en memoria de las cinco llgas, y se pide lo que se desee conseguir en esta Novena.

DÍA PRIMERO
JESÚS ORANDO EN EL HUERTO
¡Dulcísimo Jesús! Qué tristeza y tristeza y amargura infinitas embargaban Vuestra alma orando en el huerto de Getsemaní. Habíais tomado sobre Vos las culpas de los pecadores, y había llegado la hora de la expiación acatabais la Voluntad del Padre, apurando hasta las heces del Cáliz de la amargura! ¡Jesús mío! ¡Por la angustia infinita que llenaba Vuestra alma, por las gotas de Sangre que sudasteis, apiádate, ten misericordia de este pobre pecador, que os pagó con ingratitudes e iniquidades; mírale con Tus benignísimos ojos, y que nunca más vuelva a ofenderos, dadle antes la muerte que volver a ofenderos, Vos, misericordia y bondad suprema. ¡Oh Santísimo Cristo de la Caridad, amadísimo Jesús mío! Que os ame yo con todas las fuerzas de mi alma, y sólo Vuestro dulcísimo amor inflame mi corazón.
Y Vos, Madre Inmaculada, Torre de David, hacia nosotros venga tu Misericordiosísima mirada.¡Oh Madre de pecadores! Y por las angustias de tu querido Jesús, tiéndenos tu amorosísima mano y llévanos a Su querida Presencia, donde contigo le amemos y bendigamos eternamente. Amén.
Oración última y Gozos.

DÍA SEGUNDO
(Oración preparatoria)
JESÚS ES AZOTADO EN LA COLUMNA
¡Misericordiosísimo Jesús! ¡Qué congoja llena mi alma viéndoos amarrado a esa columna! Maltratado y herido sin piedad, cruelmente azotado por manos impías, abofeteado y tratado como un malechor, Vos, la justicia suprema. ¡Jesús mío! apiádate de mí, llore yo mis pecados, mis innumerables pecados, causa de Vuestras torturas, sienta mi alma el fuego de Vuestro Divino amor, no apartes de mí Tus ojos de piedad, por las salivas y afrentas que sufrísteis! ¡Santísimo Cristo de la Caridad! ¡Jesús piadosísimo! por Vuestra cruelísima Flagelación, por Vuestra afligidísima Madre, no abandones mi pobre alma en los brazos del pecado, no más ofenderos, Jesús mío, sólo amaros y adoraros eternamente con Vuestra Bendita Madre.
Y Vos, Virgen sin mancilla, Bendita entre todas las mujeres, Tú que aplastaste la cabeza del infernal dragón, dadnos la dulzura de Vuestro Maternal Corazón a Tus pobres hijos, que, acongojados y llorosos, vemos a Tu querido Jesús maltratado y herido por nuestro amor; intercede por estos pobres pecadores que tan injustamente le han ofendido, y contigo cantemos Sus alabanzas por los siglos de los siglos. Amén.
Oración última y Gozos.

DÍA TERCERO
(Oración preparatoria)
JESÚS ES CORONADO DE ESPINAS
¡Amorosísimo Jesús! ¡Con qué tristeza y angustia contemplo Vuestra soberana y querida Cabeza coronada de punzantes espinas! Lleno Vuestro divino Rostro de Vuestra preciosa Sangre. ¡Qué dolor, Jesús mío! Ser yo, yo el más vil gusanillo del mundo, la causa de vuestro cruel martirio; yo, despreciable criatura, quien renuevo constantemente Vuestras heridas con mis muchísimos pecados sin reparar en lo que por mí, sólo por mi amor, sufrísteis, Jesús mío, Vos, que sois la Bondad infinita!
¡Santísimo Cristo de la Caridad! ¡Jesús amabilísimo! Por las crueles espinas que atormentaron Vuestra preciada Cabeza, por la Sangre que bañara Vuestro divino Rostro, por las penas de Vuestra Bendita Madre, llore yo con verdadero dolor mis culpas, y os ame, Jesús mío, más que a todas las cosas!
Y Vos, Reina de los Ángeles, llena de gracia, consuelo de los afligidos pecadores, acógenos en Tu maternal manto, preséntanos a Tu querido Jesús, que tanto hirieron nuestras culpas, y por Tu intercesión perdonados, Contigo le ensalcemos eternamente.
Oración última y Gozos.

DÍA CUARTO
(Oración preparatoria)
JESÚS LLEVA LA CRUZ A CUESTAS
¡Os compadecemos, Jesús mío, de veros cargado con el peso de la Cruz! (Se besa el suelo) ¡Amadísimo Jesús mío! Vos, el supremo Rey de los Cielos y Tierra, la más buena y sublime de las criaturas, os contemplo soportando el enorme peso de la Cruz, sudoroso y fatigado, magullado Vuestro Santísimo Cuerpo, lleno de cardenales y crueles heridas! ¡Vos, el Cordero inocente, la bondad por excelencia, tratado como un malhechor, soportando con humildad las injurias y afrentas de aquellos a quienes con una sola mirada Vuestra, reduciríais al polvo, con Vuestro soberano poder! ¡Oh Rey de todas las legiones de Ángeles! Y sin embargo soportáis sus ofensas, ¿y por quién? Por mí, miserable y desgraciada criatura, por mí. Por mí amor; por mí, lleváis esa pesada Cruz, que yo hago más pesada con mis pecados, que agobia Vuestro queridísimo Cuerpo, ¡Jesús mío! ¡Jesús de mi alma! ¡Yo quiero ayudarte a llevar Tu Cruz! ¡Dádmela, Jesús mío, que yo la soportaré con resignación y paciencia; debo llevarla por mis muchos pecados, cuándo Tú, siendo inocente la llevaste por mí; que nunca yo os ofenda con mis desesperaciones, que confíe plenamente en Tu misericordia, Jesús mío, ayúdame Tú a llevarla, dame fuerzas para no desfallecer, aliéntame, Jesús mío, y feliz por sufrir por Ti, me miréis con Tus benignísimos ojos de Misericordia y en Tu dulcísimo Corazón descanse mi pobre alma!
¡Oh Santísimo Cristo de la Caridad!
¡Y Vos! ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! ¡Tiernísima Madre mía! ¡Por la cruelísima espada que atravesó Vuestro querido Corazón, cuando agobiado por el peso de la Cruz, cruelmente martirizado, encontrásteis en la Calle de la Amargura a Vuestro querido Jesús! ¡Por la pena que os acongojó, oh Madre querida, apiádate de mí, que maltraté a Tu querido Hijo con mil ingratitudes, perdóname, llévame Tú en Tus divinos brazos a alcanzar el seguro perdón de nuestro amadísimo Jesús, y consagre mi vida a adoraros eternamente! Amén.
(Oración última y Gozos)

DÍA QUINTO
(Oración preparatoria)
JESÚS CAE CON LA CRUZ
¡Queridísimo Jesús! ¡Qué desfallecido y angustiado venís! ¡Rendido y agobiado por el peso de la Cruz, ceden Vuestras fuerzas y caéis a tierra! (Se besa el suelo) ¡Qué tormento tan cruel soportáis por mí, Dulce Jesús! ¡Cuántas torturas sufrísteis hasta llegar al Calvario! ¡Con qué gritos e imprecaciones os ofendían las turbas! ¡Insensatos! ¡Ofenden a su Dios que padece por ellos! ¡Yo también, Jesús mío, Te ofendo y maltrato como ellos lo hicieron! ¡Yo también, Jesús mío! ¡Yo también te injurio como aquellos malvados!
¡Santísimo Cristo de la Caridad! ¡Jesús amantísimo! ¡Por las tres veces que Vuestro Santísimo Cuerpo vino a tierra agobiado por el pesado leño (vuelve a besarse el suelo), por el horrible martirio que lleváis, tened misericordia de mí! ¡Perdonadme mis muchas culpas, Jesús mío! ¡Por el amor de Vuestra Santísima Madre, tocad mi corazón, ablandad su dureza, y de hoy en adelante se consagre por entero a amaros y adoraros eternamente!
Y Vos ¡oh Madre del Amor Hermoso! ¡El Señor es Contigo! ¡Por la enorme pena de Vuestro angustiado Corazón viendo maltratado a Vuestro querido Jesús! ¡Apiádate de nosotros, Madre querida! ¡Míranos llorando a Tus plantas, arrepentidos de nuestros pecados, tiéndenos Tu misericordiosísima mano, llévanos al lado de Vuestro amadísimo Jesús, a quien tanto ofendidos, y perdonados por Tu amorosa intercesión, Contigo bendigamos para siempre Su Santo Nombre. Amén.
(Oración última y Gozos)

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Viva Cristo Rey de Misericordia