sábado, 10 de noviembre de 2018

Sagrada Eucaristía

Eucaristía viene del griego y significa "acción de gracias". La devoción a la Sagrada Eucaristía es la devoción a Jesús, presente verdaderamente en el Pan consagrado de la Santa Misa llamado hostia.

En la Consagración del Pan y el Vino en la Santa Misa el Pan y el Vino se transforman verdaderamente en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, este hecho se llama "transubstanciación".
La Sagrada Eucaristía es el mayor acto de amor de la infinita e inagotable Misericordia de Dios, ya que Dios no sólo se ha hecho hombre en Nuestro Señor Jesucristo en un acto de humillación extrema, sino que también se transforma en Pan para entrar físicamente en nuestro corazón.
Jesús se transforma en el alimento más sencillo, disponible para todos, como prueba que Él ama a todos, pobres y ricos. Jesús en un acto de amor que no merecemos se hace pobre para hacernos ricos, y hacernos estar con Él.
Jesús está verdaderamente presente en las especies sacramentales (el Pan y el Vino) hasta que estas dejan Su forma física, es decir, hasta que el Pan deja de ser Pan por ejemplo disolviéndose en agua y el Vino deja de ser Vino.

La Eucaristía es instituida por Cristo en la Última Cena de Jesús con Sus discípulos, la noche de Su Pasión. En la Eucaristía Jesús se ofrece en un Acto de Puro Amor a Dios Padre por todos, especialmente por los pecadores, y deja el encargo de hacer esto a Sus Apóstoles:
"Este Vino es Mi Sangre derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración Mía."
Jesús sufre por nosotros el castigo que merecemos por nuestros pecados, el pecado solo causa muerte tanto el pecado venial como el mortal, Jesús se ofrece por la conversión de nuestros corazones para que dejemos de pecar, para que dejemos de autodestruirá os.
La Iglesia nos invita a ofrecernos con Cristo, por Él y en Él a Dios Padre por la conversión de los pecadores.
Rom 12, 1-2

Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

La devoción a la Sagrada Eucaristía está presente desde los primeros cristianos, prueba de esto es el testimonio de San Justino en el Siglo I al emperador    :


Algunos nombres que se le dan a la Sagrada Eucaristía son: Santísimo Sacramento, Sagrada Hostia, Pan de los Ángeles (recordando el maná que bajó del Cielo en el Antiguo Testamento),

En los primeros tiempos del cristianismo la Sagrada Hostia se colocaba en un ostensorio con forma de Paloma y se colgaba en un lugar alto para si el Templo era profanado que Jesús no lo fuera.
En el Santísimo Sacramento adoramos al Sagrado de Nuestro Señor Jesucristo, un Corazón lleno de Misericordia que quiere que le amemos con todo nuestro corazón como Él nos ama. Ese Corazón está rodeado de las espinas de nuestros pecados que le pinchan y, en vez de castigarnos, nos deja vivir esperando con un ardiente deseo que nos convirtamos y nos arrepintamos por todos nuestros pecados confiando en Su insondable e infinita Misericordia.
Las condiciones para que la Consagración sea válida son


Debemos tomar a Jesús en la Santa Comunión todas las veces que podamos, ya que cuanto más estemos unidos a Jesús con la Santa Comunión más estaremos preparados para estar con Jesús en la vida eterna.
Como Jesús dijo a Santa Sor Faustina:
"No dudes en tomarme siempre que puedas en la Santa Comunión, a menos que estés segura de haber caído gravemente."
En la Eucaristía se adora a Jesús y, a través de Él se adora a Dios Padre y a Dios Espíritu Santo. Algunas formas de adorar a Jesús en la Sagrada Eucaristía son la Hora Santa que es 1 hora de adoración o en un Cenáculo Eucarístico que es un tiempo algo menor.
La Sagrada Eucaristía es fuente de vida y santidad.
¡Acudamos siempre a este gran regalo que Dios nos ha dado!
Tomemos a Jesús en la Sagrada Comunión todos los días ya sea sacramentalmente, o si no podemos, espiritualmente.
Para tomar a Jesús espiritualmente se pueden rezar oraciones de Comunión espiritual.

ORACIÓN

Dios omnipotente y eterno, que quisiste que Tu Hijo sufriese por la salvación de todos, haz que, inflamados en Tu amor, sepamos ofrecernos a Ti como hostia viva. Por nuestro Señor Jesucristo.

Santo Oficio 19/10/2018
Milagros Eucarísticos
¿Milagros eucarísticos en el siglo XXI?Este neurofisiólogo converso ha estudiado ya 15 casos


En los albores del siglo VIII, en la ciudad italiana de Lanciano, cierto monje de la Orden de San Basilio, en el momento *en que llevaba a cabo la consagración del pan y del vino, comenzó a dudar de la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía;* *fue entonces cuando, delante de sus ojos, la Hostia se convirtió en Carne viva y el vino consagrado en Sangre viva*, maravilloso fenómeno sobrenatural, del cual quedó evidencia. Casi 1200 años después, en la década de los años 70 del siglo XIX, ésta fue sometida al más riguroso análisis científico, comprobándose así aquél milagro eucarístico.
 
Lo más asombroso es que, como en el caso del llamado Milagro Eucarístico de Lanciano, *en la actualidad siguen ocurriendo este tipo de fenómenos*, de los que habla para el semanario mexicano Desde la fe el científico Neuro-Fisiólogo el Dr. Ricardo Castañón.



Formado académicamente sobre las bases del existencialismo ateo de Jean Paul Sartré, el Dr. Ricardo Castañón cuenta que fue *en 1999, por petición del el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, cuando realizó el primer análisis científico de una Hostia consagrada*, de la que manaba una sustancia rojiza; concluyó la investigación hasta el año 2006, comprobando que la sustancia era sangre humana, misma que contenía glóbulos blancos intactos, y músculo de corazón “vivo”, miocardio ventrículo izquierdo; “cabe señalar que el caso aún no se ha denominado ‘milagro’, sino ‘signo’, y la Hostia permanece expuesta en el altar de la Parroquia de Santa María de Buenos Aires”, a diferencia del que sí se ha considerado ‘milagro’ y que ocurrió en 2013 en Tixtla, Chilpancingo, México, en el que, al igual, comenzó a manar sangre de una Hostia consagrada. *“Aquí confirmamos que el tipo de sangre es AB, el mismo encontrado en la Sábana Santa de Turín y en el Milagro Eucarístico de Lanciano”*.

“Hallamos tejido vivo, así como un glóbulo blanco activo, en cuanto a que está tratando de reparar una lesión presente en el tejido descubierto, aspecto que se presenta, por ejemplo, en un corazón luego de un infarto”.
  Hostia sangrante en Guadalajara México
Ateo converso al catolicismo en 1999, año en que realizó sus primeras investigaciones en la materia, el Dr. Ricardo Castañón señala que desde entonces ha estudiado 15 casos. *“Cada serie de mis investigaciones se repite en tres laboratorios de distintas naciones, y las variables controladas son muchas: sangre, ADN, glóbulos blancos, glóbulos rojos, tejido humano, hemoglobina y otras*; puedo decir que, desde el punto de vista científico, mis informes finales son cien por ciento confiables”.

El Dr. Ricardo Castañón se considera un testigo de algo que ningún investigador puede explicar por medios naturales. “¿Cómo se podría obtener sangre, sin hueso y médula ósea? ¿Cómo se podría obtener músculo de un corazón vivo y glóbulos blancos de un pedacito de pan? ¿Cómo se podría obtener hemoglobina, una sustancia sujeta a mecanismos bioquímicos complejos y a un programa genético inicial? *He visto empalidecer científicos ateos al constatar que así es, que hay cosas que no se pueden comprender sin una perspectiva que va más allá de la razón natural”*.
  Milagro eucarístico en Argentina, del que el futuro Papa Francisco fue testigo
Comenta que actualmente estudia un caso ocurrido en el último cuatrimestre de 2016, cuyos primeros cuatro estudios indican la presencia de sangre en el Vino consagrado; sin embargo, de éste ofrecerá detalles a su debido tiempo, por la seriedad con que se debe llevar una investigación de este tipo. *“Sólo deseo decir que, el hecho de comprobar que en las efusiones que presentan estas Hostias consagradas se identifica sangre fresca y tejido vivo, me impacta, me fascina, toca lo más íntimo del ser*. *En cada Comunión viene a mi mente la frase de Jesús:* *‘El pan que yo daré es mi carne*’. Participo de la Eucaristía cada día, y cuando comulgo mi pensamiento es: ‘Voy a recibir a Cristo, el mismo que estuvo en los brazos de María, Aquél que caminó con sus Apóstoles, el Hijo vivo de Dios vivo, quien murió y resucitó, y está a la derecha del Padre”.

Señala que hay personas que, si bien dudan de estos fenómenos maravillosos, se interrogan de una forma sincera, buscan una respuesta honesta, abiertas a todas las posibilidades, y cuando la encuentran, la comprenden y la asumen. “Sin embargo, hay otras que están predispuestas a no creer, así les des evidencias claras y les demuestres lo que quieras, ya que se acercan a los hechos con prejuicios”.
  Milagro eucarístico en Betania, Venezuela
Finalmente, el Dr. Ricardo Castañón considera de suma importancia la solemnidad del Corpus Christi, sobre todo en esta época moderna, en la que el ser humano se ha alejado en demasía de la dimensión espiritual.

“Debemos anunciar al mundo que Cristo, sólo por amor, quiso permanecer entre nosotros bajo esta forma misteriosa; y para que el más escéptico no tenga dudas de que su Palabra se cumple, permite esos milagros en cualquier época de la historia, en mayor o menor medida. Hoy vivimos un momento especial de obsequios espirituales. Como investigador y converso, me alegra mucho decirle al mundo que el Dios del que hablamos los católicos tiene ojos y ve, tiene boca y habla… Y se hace presente en cada Eucaristía que se celebra en cualquier lugar del mundo. ¡No hay nada más fascinante
Extraído de Religión en libertad

Elmilagro de Bolsena

  En la Basílica de Santa Cristina de Bolsena se guardan con celo, desde hace siete siglos, las reliquias menores del milagro de Bolsena una de las piedras sagradas sobre las cuales se perciben todavía bien visibles grumos de la preciosa Sangre del Redentor , que han alimentado la piedad de generaciones y generaciones de fieles.
El hecho eucarístico milagroso acaeció en 1263, en una región que fue testigo de las vicisitudes del papado, y va vinculada al nombre de dos de los más poderosos exponentes del pensamiento teológico: Tomás de Aquino y Juan Fidenza, más conocido con el nombre de San Buenaventura.
Un sacerdote de Praga, atormentado por dudas acerca de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, mientras dividía la Hostia santa en la celebración de la Misa, vio el corporal lleno de sangre que brotaba de las sagradas especies. Asombrado y aturdido por tan gran prodigio, le vino la duda de si había de terminar o seguir la Misa.


En la esperanza de ocultar a los presentes lo sucedido y con el deseo de pedir ayuda y explicación a la competente autoridad, resolvió suspender la celebración de la Santa Misa, y, recogidas las sagradas especies en paños sagrados, corrió a la sacristía, sin reparar que, en el trayecto, algunas gotas de la preciosísima Sangre habían caído sobre el mármol del pavimento. Esto sucedía en la Basílica de Santa Cristina, sobre el altar puesto bajo el baldaquino de mármol lombardo.
Cuando acaecía este milagro, era Ministro General de los Franciscanos Juan Fidenza, conocido bajo el nombre de Buenaventura de Bagnorea, ciudad natal del Santo, a pocos kilómetros de Bolsena. Profundo conocedor de los hombres y de los lugares, el Doctor Seráfico fue encargado por el Papa Urbano IV de presidir la comisión de teólogos instituida para controlar la verdad de los hechos.
Realizado su cometido por la comisión, confirmó la verdad del milagro, y el Papa ordenó a Jaime Maltraga, Obispo de Bolsena, que le llevase a Orvieto, donde tenía su residencia, el sagrado corporal, el purificador y los linos manchados de sangre. Acompañado el Papa de su corte, salió al encuentro de las sagradas reliquias, y, en el puente de Rivochiero, tomó entre sus manos el sagrado depósito y lo llevó procesionalmente a Orvieto.

El Papa Urbano IV instauró la fiesta del Corpus Christi en 1264.

Argentina (1992, 1994 y 1996): Tres milagros en Buenos Aires
En la parroquia de Santa María en Buenos Aires, un milagro eucarístico ocurrió no una, sino tres veces, en 1992, 1994 y el 15 de agosto de 1996.
En 1999, el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio (hoy Papa Francisco) pidió al profesor Ricardo Castañon Gómez realizar una investigación sobre lo ocurrido el 15 de agosto de 1996: una hostia que cayó al suelo durante la Comunión, fue colocada en un envase para disolver y 10 días después se transformó en sangre.
En el año 2000, un experto en tejidos encontró que las muestras tenían piel humana y glóbulos blancos. En 2003, el mismo experto dijo que el tejido era el de un corazón inflamado, lo que significa que “la persona a la que pertenecía debe haber sufrido mucho”.
En 2005, Castañon Gómez le pidió a otro experto de la Universidad de Columbia que investigara. El científico identificó el tejido como si fuera del corazón, particularmente el ventrículo izquierdo, y lo etiquetó como tejido vivo que provenía de una persona que sufre.
Castañon Gómez concluyó que el Señor “en el milagro quería mostrarnos su miocardio, que es el músculo que da vida a todo el corazón, tal como lo hace la Eucaristía con la Iglesia. ¿Y por qué el ventrículo izquierdo? Porque de ahí viene la sangre purificada y Jesús es el que purifica a su Iglesia de sus pecados”.
Extraído de aciprensa

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Viva Cristo Rey de Misericordia